Juntos, muy juntos
El tiempo pasa y te encuentras unido a algunas personas de las que nada parece poder despegarte. Las situaciones vividas, los sentimientos, las entrañas se te quedan pegadas a ellas. Incluso las heridas que os provocasteis y que cada vez que te movías se reabrían, hacen que ahora sigan tirándote las cicatrices y molesten cuando hace frío o cuando adivinas que el tiempo va a cambiar...
Después, los recuerdos amarillean pero un día, te encuentras de manera inesperada, en cualquier sitio, y hablas de los conocidos comunes, la familia y de las cosas que se supone que hay que hablar, y parece como si nunca hubieras dejado de hacerlo: hablar, ver, tocar a esa persona... Aquellos momentos recuperan súbitamente la pureza de los colores con los que fueron concebidos.
Estas cosas son como el velcro: dos caras, fácil, muy fáciles de pegar y muy muy difíciles de separar... (¿Ves Dwalks como yo también elaboro mis propias teorías?)
Á.
1 Comments:
¿y quién ha dicho o contrario?
yo tengo miles, pero no sé si soy consecuente con alguna ;)
1:17 PM
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